As mulleres galegas -labregas, (Las mujeres gallegas – labriegas,
mariñeiras, artesás, obreiras, marineras, artesanas, obreras,
pasado, pobo, presente, pasado, pueblo, presente,
alma e futuro de Galicia- alma y futuro de Galicia-
non foron cantadas no fueron cantadas
polo poetas cultos e premiados, por los poetas cultos y premiados,
pechados nas súas torres de almasí: cerrados en sus torres de almasí:
eles, tan sensibles, non podían ellos, tan sensibles, no podían
adicarlles rondós e madrigales, dedicarles rondós y madrigales,
sonetos perfetísimos sonetos perfectísimos
a donas que falan en galego, a mujeres que hablan en gallego,
que son forza do pobo que son fuerza del pueblo
-Manuel María- – Manuel María-
Efectivamente, ni los poetas cultos y premiados ni la sociedad gallega en general es consciente de la deuda que tenemos con las mujeres rurales. La administración no las tiene en cuenta pese a que ellas son agentes indispensables en la dinamización cultural y económica del territorio en el que se mueven.
Es fundamental que se reconozca la contribución de las mujeres en el campo, en la producción agrícola y ganadera o en los proyectos pioneros de transformación de la materia prima y que dicho reconocimiento se materialice en políticas públicas que permitan a las mujeres jóvenes que se quedan en el rural desarrollar su proyecto vital en igualdad con sus compañeros sin que exista la brecha de género.
Por otra banda, desde los ámbitos urbanos suele haber un estereotipo erróneo de la mujer rural cuando la realidad es que son agentes sociales activos que nunca paran en su idea de conseguir mejoras para el entorno que las rodea. Entienden la importancia de vehiculizar el concepto de comunidad y lo trasladan a la esfera de acción mediante asociaciones en las que suelen ser mayoría.
Trabajo invisible
Su trabajo agrícola y ganadero está invisibilizado y afrontan grandes desafíos como la falta de recursos sociosanitarios o la dificultad de acceso a la propiedad de la tierra y a recursos de capacitación. Sin embargo, su trabajo más invisible es lo que permite que existan núcleos familiares en el rural: el de los cuidados. Son ellas las encargadas de cuidar a niños y niñas y a personas mayores además de los trabajos del exterior. Pero esta faceta no es reconocida ni remunerada. A la administración le interesa invisibilizarlas porque, mientras las mujeres rurales gallegas desarrollan ese trabajo, los recursos económicos que dedica la Xunta son muy limitados.
Por eso desde A Carqueixa reclamamos que es preciso que se amplíe la cartera de recurso de Servicios Sociales de proximidad, que se fomente la economía social de los cuidados, que se implementen programas de apoyo a mujeres cuidadoras, que se les reconozca y remunere como categoría profesional, que se fomente el cooperativismo y que se facilite el acceso a la titularidad compartida de las explotaciones familiares.
A Carqueixa non sería lo que es sin sus cooperativistas. Ellas tiran de un carro que mueve toda la comarca de Os Ancares. Gracias!